Hoy la vi después de un año,
hoy se cruzó por mi herida.
Iba hermosa mi muñeca mimosa,
iba al lado de otro dueño, mi sueño;
aquel sueño de mi vida.
Pero era igual su corazón
que en mi amor siempre está,
y en mis noches sin estrellas
ella es mi gran dolor.
Ella es una sombra
que nubla mi frente
cuando, sin querer, la nombra.
Es mi pasado, es mi presente.
Y yo no puedo borrarla de mi mente.
Ella en mis cuartetas,
ella en mis angustias,
ella en mi dolor de poeta;
como raíces de tango grises,
ella está en mi corazón.
Otra vez llega el invierno,
y mi vivir sin amores.
Ya no suena su llamado esperado,
y no escucho sus ternuras, tan puras.
¡Qué vacío me he quedado!
Pero es igual, corazón,
en mi amor siempre está,
de ella son mis versos tristes
tangos de dolor.