Pebeta graciosa
que gastás melena
que la vas con cenas
en el Tabarís,
que paseas en auto
luciendo orgullosa
la hechura pintosa
de tu petit-gris.
Que sos la garufa
en los jarandones
y en regios salones
bailando triunfás
y entre el sabalaje
de viejos con guita
sos la milonguita
que nunca fallás.
Muñequita...
que paseas envuelta en seda
ojalá nunca pueda
ver a tus ojos llorar.
Mujercita...
que en tu loco aturdimiento
vas perdiendo el sentimiento
sin quererlo remediar.
Vendiendo caricias
pasás por la vida
un poco aburrida
y un poco feliz,
llevando en tus labios
tu risa graciosa
y un poco orgullosa
de tu petit-gris.
Te miro, pebeta,
cubierta de alhajas
¡qué rápido bajas
hacia el lodazal!
Tejiendo caprichos
con tu fantasía
y olvidando el día
del Juicio Final.