Aquí estamos los dos, bien frente a frente,
dame tu mano, machucá la mía;
la desgracia ha venido en este día
para ver si somos hombres de verdad.
Hoy lo supe, te juro que he llorado
pobrecita tu vieja, quien diría,
tan guapaza, tan buena, me quería...
como a vos que eras su hijo, ¿te acordás?
Desembuchá el dolor, vení sentate;
olvidemos aquello que ha pasado
que nos tuvo diez años distanciados
y el corazón, sin asco, nos bandeó.
Mirame, hermano, que hace mucho tiempo
que no nos vemos, que no nos hablamos;
¿sabés que estamos viejos?, que blanqueamos
esas canas que hoy cinchan la vejez.
Total, por unas trenzas y una boca
más roja que la sangre de esa tarde;
ninguno de los dos fuimos cobardes;
me tiraste un hachazo... me atajé.
En fin, eso pasó. ¿Qué? ¿Estás llorando?
Mirá, si te hace daño mi pasado...
después de darle un beso a la finada
yo me voy, si vos querés, pa' mí es igual.