Si me parece que fue ayer cuando en el piano
iban ágiles tus manos
sobre el lírico teclado
y yo a tu lado con mis sueños de poeta
te brindaba la canción
más venturosa del jardín de mi ilusión...
Eras la musa de mi frente soñadora,
eras la gloria de mis sueños juveniles,
entonces si que era feliz, en cambio ahora
en el reloj de mi vida da el dolor...
Pensar que fui
el estudiante soñador
y tú la humilde y bella flor
que perfumaba mi sentir.
Y que una vez
que era "tu santo" te obsequié
con un soneto que rimé
pensando en tu boca punzó...
Entonces sí
que era feliz y al estudiar
entre mis libros solía hallar
tu nombre escrito de mujer...
¡Qué podrá ser
de tu inconstante corazón
y del cuartito de pensión
donde más tarde te adoré!
Todas aquellas mujercitas que en mi vida
fueron dulces sacudidas,
desfilaron como un sueño.
Pero sólo tú, amorosa siempreviva,
has quedado en mi ilusión
como la única que amé de corazón...
Por eso hoy busco inútilmente en otras bocas
aquellas frases balbucientes de ternura...
Y así en la triste realidad de mi amargura
te guardo aún como un viejo medallón...